1. Crear una empresa para organizar la herencia en vida

Piensa en una SAS (Sociedad por Acciones Simplificada) como una caja fuerte en la que puedes guardar tus bienes mientras aún estás aquí. Al crear una empresa como esta, tú decides cómo y cuándo se repartirá todo. Es como cuando decides preparar la cena para toda la familia, y te aseguras de que cada uno reciba su porción adecuada, ni más ni menos. Al tener todo organizado, tus herederos recibirán exactamente lo que tú dispusiste, sin complicaciones ni sorpresas.

Ejemplo cotidiano: Pedro decide crear una empresa para gestionar sus propiedades y dinero. Así, cuando él falte, sus hijos recibirán todo de manera ordenada y sin conflictos, tal como él lo planificó.

2. Establecer reglas claras para la familia

Este paso es como escribir las reglas del juego antes de empezar a jugar. Un “protocolo de familia” es un documento que establece cómo se tomarán las decisiones importantes dentro de la familia, quién tendrá el control de qué y cómo se resolverán los conflictos. Es similar a decidir quién elige la película o qué se cena el fin de semana en casa: si hay reglas claras, se evitan los malentendidos y las discusiones.

Ejemplo cotidiano: María, preocupada por posibles disputas entre sus hijos, decide crear un protocolo familiar. En este documento, establece claramente cómo se manejarán sus bienes y quién se encargará de las decisiones importantes, garantizando que su familia siga unida.